jueves, 20 de agosto de 2009

Poema para no llorar

Gota,

gota intransigente, innumerable,

Gota de la seca, y tensa;
que no se mueve ni se aplasta.

Gota en mi espejo,
en mi rostro,
en mi garganta,
en tu nudo.

depravada gota que no me moja
ni me deja verme.






MFL

domingo, 9 de agosto de 2009

Situaciónplayaveraneo



Escena 1:

Chico “O” mira a chica “A”.
Chica “A” toma el sol boca arriba, y a cada rato el mar se le asoma a la espalda.
Chico “O” se protege del sol con una sombrilla colorida y frente al viento bastante flexible.
Chica “A” se quita los lentes y boca abajo ahora acomoda la cabeza como para dormir.
Chico “O” mira a chica “a” e insinúa una mueca.
Chica “A” medio que frunce el seño y aunque había bastante gente parece una respuesta.
Chico “O” no escamotea sensibilidad y ahora fija la atención en esas curvas color piel interrumpidas apenas por dos (blanco y negro) pedazos de tela.
De repente Chica “A” se altera y desvincula la conexión con un toallón (noimportaelcordeltoallón) todo enarenado.
Chica “A” mezquina y embustera arpegia el enojo y el descenso.
Chico “O” de incansable persistencia enfoca de reojo de nuevo y ahora en blanco y negro,
y rojo y gris.
Chica “A” abajo,
Chica “A” arriba.

Cierra la escena.






MFL

miércoles, 5 de agosto de 2009

Tres adonis en la nevera



Era una sensación calurosa, desde los talones y ascendente. Desde ese día en la plaza había dicho con elocuencia “la he olvidado” y había de ahí en más podido caminar un trecho que le solía resultar insalvable en la Avenida Colón en pleno mediodía.

El centro estaba revolucionado y los comercios de puertas completamente abiertas, no daban a basto en la “atención al cliente”, quienes llegaban repletos de bolsos el ticket para pasar y esas cosas tediosas. Esquivando el kiosco en medio de la peatonal y después de realizar unas maniobras caricaturescas llegó al Paseo de las Flores mientras en alguna parte de su fondo seguía pensando: “La he olvidado”.

“It is not funny” alcanzó a leer en un papel adherido groseramente entre las plantas. Lo atravesó con velocidad en las piernas y en la respiración. Por fin la vidriera donde se asomaba un ejemplar revolucionario por su tapa azul y en serie de esos poemas para ser leídos en medios de transporte ya en desuso. Diez insignificantes monedas de un peso, la bolsa y el señalador; en ese intercambio de objetos, las manos y “gracias a vos” se coló un silencio espurio y pensó otra vez “la he olvidado” , y un vacío, casi un huequito, o una hendidura apenas que se llenaba respirando fuerte para adentro, simulando un espasmo, la contracción de un estornudo o el frío; cuando hace frío nadie pregunta nada. Entonces el suspiro pasó por desapercibido a conjugarse otra vez y de medio día con los rayos del sol cercano al solsticio de invierno.

El caos en la esquina y los colectivos a matarse se apretaron apenas en otro rincón de su insistente memoria; una paloma le quitó inoportuna el ritmo y dejó tres baldosas sin huella. Le ofrecieron gentilmente un folleto y mientras aceptaba recordó “la he olvidado”, para que ser descortés con la indiferencia, estira la mano sin detener el paso y también en movimiento y en una fugaz lectura le proyecta: compre oro y quiere vender entonces el corpiño que había dejado ella olvidado una vez en su alcoba y él con una picardía inmutable se había hecho el tonto y todavía lo tenía en el placard.

Se comió las ganas.

En medio de las calles y ya subiendo por Buenos Aires recuerda el paradójico nombre de su edificio y decide girar en una intersección anterior para no chocar con el recuerdo. El Boulevard que acompaña ni siquiera le exige pasar por su casa. Mientras pensaba en su boca, la saliva semiamarga por los fármacos de la psicóloga o psiquiatra y los agujeritos que se le formaban cuando reía sellados por el lunar, incorregible la pobre, nunca entendió nada, pero bueno, era linda y olía a miel chocolatada como los negocios de ropa del barrio.
Sintió calma, a lo mejor porque había cesado el ruido. Puso llave y la pava, ahora mismo empezaría a leer a Girondo y seguramente a escribir otro estúpido poema sobre ella.







MFL