sábado, 20 de diciembre de 2008

"Del otro lado de la calle"



Si, soy yo otra vez, seguramente te parecerá absurdo y sorpresivo recibir noticias mías después de tanto tiempo, pero te vi y no pude evitar intentar localizarte.
Estoy en Buenos Aires, no te dije, y ayer cruzando una callesita en San Telmo, saliendo de una galería de cosas usadas, esas que abundan , te vi.; estabas diferente a como te había dejado, sonabas a un glamour más extendido del que siempre te había adjudicado y vestías en los pies un charol; es nuevo eso del charol creo, por lo menos en Buenos Aires; yo que hacía rato me vestía con lo que había porque estaba gastando demasiado dinero en libros quedé como atónita con ese brillo que surgía desde abajo. Cuando empecé a levantar la vista me choqué con ese perfil tan pusilánime y una mitad de sonrisa que resultaba suficiente para reconocerte; hablabas con un tipo que yo nunca había visto en mi vida y cuando empezaste a rotar en dirección a mí, como un niño me camuflé entre la gente de las vidrieras; de nuevo era nueva en esto, si hasta Buenos Aires me resultaba desconocido.
Empecé a imaginar que corría hacía e otro lado y tocaba tu espalda y te dabas vuelta y sonreías de nuevo, pero esta vez sólo para mi. Imaginaba que te invitaba un café, o me invitabas, nunca solucionamos bien eso, no importa; pero la imagen siguiente era en un bar, y me contabas de tu vida, y te contaba de la mía. Y entre el café y el humo del cigarrillo surgía la conjunción posible para confesarte que si te había extrañado; que había conocido mucha gente, que seguía con mi obsesión por las películas; que Florencia era alucinante; que todavía me creía poeta, y que contaba cuentos sobre vos; que el viaje no había sido ni corto ni largo, y que aún así y de todo eso, pensar en tus manos resultaba un delirio.
Imaginé que corría esquivando la gente y las señales, indiferente al mundo corría, como en una película muda, reproduciendo el encuentro escandaloso de dos amantes desfrenados de lujuria y locura; salteando la imaginación corría, desafiando la gravedad de cualquier sentido, no por los otros, por nosotros. Correr sin lógica, sin sensatez. Cruzar el umbral de la entereza para demoler todas la excusas que nos habían alejado, mantenido aparte por tanto tiempo.
Si era imposible no sonreír, si secretamente inventábamos pequeñas e imperceptibles encuentros en donde nadie sería el responsable. Si suplicaba encontrarte en medio de la ciudad casualmente, para esquivar la posibilidad de buscarte. Si con apenas conocernos sabíamos con certeza de nuestro paralelismo incorruptible y de nuestro deseo innegable. Si además del tiempo, los viajes, los edificios con diferencias arquitectónicas, la calle con esa corrugación particular de rectángulos y el señor del restaurante de la esquina, yo te quería. Yo te quería y vos también me querías; y ambos habíamos soñado de alguna manera caminar por la boca de la mano, un domingo de invierno y sol, y mientras los rayos nos entibiaban a través de los sacos pero fundamentalmente de mi tapado que tanto añorabas, nos reíamos como niños mientras mirábamos como un señor mayor sacaba a una joven a bailar una pieza.
Si ambos lo habíamos dicho, y si era cierto, hacía ya mucho tiempo que o éramos extraños.
Y yo ahí, en medio de esa circunstancia que exigía una respuesta, un modo, una elección, una corrida.
Y vos allá tan deslumbrante como siempre, más inalcanzable que nunca, rozando con tu aura te veía. Con la mirada fija en ese hombre que yo nunca había visto en mi vida, a treinta metros de tanta cosa irrefrenable.
La gente empezó a chocarme, estaban apurados como siempre, y vos sabes en esos lugares uno no puede quedarse quieto. Temí al hecho de quedar al descubierto, me sentía débil, desprotegida, sola entre tanta gente; apreté bien la cartera y la tiré para adelante, tanto tiempo afuera y ya me había desacostumbrado a esas perspicacias de la ciudad. Hice un esfuerzo para quedarme donde estaba y me metí mas adentro de ese auspicio de comercio que me refugiaba del resto de la vereda; pasaron como tres autos y sentía que te perdía. Tosí un poco por el humo que habían dejado esos coches, ese que resignan los motores usados después de un tiempo. Recordé esas calles en que alguna vez había estado, que habían sido seguramente parte de mi, tan pero tan corrugadas, pero que respiraban una belleza inexplicables apenas comparadas con una melodía aguda de Vivaldi o una tarde gris se de lluvia y café en la cocina. Entraron a mi cabeza como memories, pasearon, dieron la vuelta manzana y salieron por el otro lado con el “disculpe” de un chico que caminaba apurado y me había golpeado un poco el brazo. Levanté la vista de nuevo y seguías parado en el mismo sitio, ahora anotabas un número o hacías algo con le teléfono y mientras tanto yo entendía que habíamos estado tan lejos siempre que parecía irónico los metros que ahora nos dividían, y pensaba cuantos lo habíamos soñado en noches de desesperanza e imprudencia huyendo siempre de lo inevitable, inventando sitios, viviendo de lo que haríamos si, de lo que no hacíamos porque no, y esa cantidad de excusas y coartadas que apelaban a nuestra inocencia una posibilidad. Ahora estaba ahí, yo estaba ahí, “del lado de acá” y vos, a centímetros, del lado de allá”, ignorante de todo, con ese hombre que yo nunca había visto en mi vida. Y ahora tus piernas jugueteaban con las baldosas, y su rostro desafiaba al viento sur, y con tierra que abundaba; y te ibas atrás de él, hacia él o con él, yo ya no calculaba bien las distancias de atrás de las vidrieras.












MFL

jueves, 18 de diciembre de 2008

De viajeros simultáneos


Cómplices de un rito que impusiste sin querer,
nos juntamos espontáneamente a esa hora.
Por una aparente casualidad terminamos de regreso por el mismo sendero de calles espesas que transpiran siempre unos cuantos rayos de sol.
Caminamos al lado, junto con nosotros unas charlas inconclusas que decoran el pasaje como mera reseña;
y abrimos un abismo de indiferencia desgarrada por paralelos desengaños.
Te muestras ambiguamente;
me muestro lejana y altiva;
y aviolantando el discurso un poco en defensa de los propio,
siempre nos reímos por encima de todo eso.
Y nos burlamos, sin admitirlo demasiado, de la frialdad;
de los amantes convencionales que caminan de la mano por la plaza;
de los vestidos; los anillos y las promesas;
hasta del resplandor que pretendía cegarnos, con nuestras gafas, nos reíamos.
Y mientras esquivábamos los vehículos de imprudente tránsito
pisoteábamos el tiempo.
Y las agujas del reloj pasaban a dibujar hexágonos para tenernos un poco más.
Siempre en sentido lateral,
para que se vaya todo más rápido,
para no decirnos nada directamente,
para que apropósito se aunaran los sentidos
analfabetamente entre tanto ruido y humo.







MFL

martes, 16 de diciembre de 2008

Del Lunar (republicación a pedido del público)



Quiero penetrar con mi lengua inmadura,
el hueco pequeño que sobre entre tus labios.
Quiero corromper con un amplio defasaje,
los límites que huyen de tu sexo.
Quiero insuflar la humedad siempre secada,
apagada,
por miembros ajenos a nuestras pieles,
a nuestra voz.
Déjame terminar con esa sórdida mentira,
que nos duerme cómodamente en la energía de negar.
Voy a dibujarte los muslos y los dedos,
y la mejilla,
y las estrías
y los senos.
Húndeme de nuevo en el escalofrío instantáneo,
en la apurada taquicardia,
en la compulsiva aflicción;
que me lleva a chupar las sangrías de tus muslos,
que aparecen todavía fríos y casi acalambrados.
Destituye el miedo a la aberrante fusión,
que se empalma hasta sin querer detrás de nuestro dos.











MFL

sábado, 13 de diciembre de 2008

Hung


Se me aplasta la soledad apenas paso a tu imagen.
Había rebanado tantas veces las posibilidades de irme,
que terminé seca y consumida por el sol y el frío que siempre pasaban;
como los segundos y los meses,
que solían decorar relojes y calendarios.

Colgada de una bilateral esperanza aparecía yo de nuevo y para siempre vos,
con una ingrata posibilidad entre los dedos,
y un cándido deseo que se sublevaba a descender en sus proporciones.
Siempre de un hilo,
que tenía poco de certero y demasiado de ideal,
resistía sin comillas al dolor, al calor, y la agonía;
y casi sádicamente me regocijaba en el placer de la espera sin fin ni receso.

Recorrías el mundo desde lejos,
probabas otras salivas y otros senos,
te inundabas de olores corruptos o sublimes;
y yo lánguida, inocente, inmóvil.
Me vieron todas las estaciones más de una vez,
de la misma forma y pose.;
y mientras la piel se acurrucaba toda junta,
y contra ella sola;
imaginaba a tu mano que la estiraba con simpleza y rigidez;
y mientras el cielo se apagaba otra vez al antojo de unas horas,
la cama persistía angosta,
pequeña
y vacía.








MFL

viernes, 12 de diciembre de 2008

Número par




Sabes que miento cuando me alejo celosamente.

Sabes con certeza que apenas el roce causa litigio.

No aprendemos el miedo,

somos pensadores de época;

apretamos fuerte los dientes para oler la saliva llena de soledad y ligereza;

usamos frágilmente las sensaciones para reducirlas a momentos;

lloramos cada vez menos,

o cada vez más fuertemente.

Y en el falaz intento de escape,

terminamos husmeando nuestro cálido sopor;

de nuevo,

otra vez,

como antes;

como esa mañana de cielo rosado indespejable,

en que nuestros pies fríos decidieron quedarse en la cama a frotarse con fluidez y constancia;

y abruptamente después se dejaban,

se abandonaban,

como si nada de tanta irrefrenable sazón hubiera ocurrido.

Como dos extraños seguían por sus LA-DOS,

con pares apartes y mimetizados a los suyos;

compatibles,

similares,

demasiado.

Siempre fue así:

Izquierda-derecha,

Izquierda-derecha.








MFL

viernes, 5 de diciembre de 2008

LLueve afuera



Llueve afuera, con intensidad y pertinencia. Llueve y parece que la gente se esconde para adentro, se escapa del día y todo el tiempo se esta haciendo de noche. Llueve afuera y nadie sabe hasta cuando. Las gotas no se ven, porque caen con ligereza y al tratar de pararlas en nuestra mano o en lo que esté al alcance de estas, las mismas prófugas de quien sabe que agresión, cambian a otro estado imposible de apresar en su totalidad y que las convierte en otra cosa, esencialmente igual, pero no ya gotas, no ya gotas.
Llueve ahora con descaro y parece que se cae algo de allá arriba. Y el sonido se instala como música ambiente en un sentido poco estricto y placentero.
Llueve afuera ahora por necesidad, para que se escondan un poco las palomas y salgan a navegar al sistema planetario las caracolas y las babosas. Y coman de las ramas que ahora están más verdes.
Se percibe el cambio, y empieza a correr un frescor inconfundible de un día de tristezas y lluvia. Comemos más y lloramos casi gratismente por tanta cosa gris que se acumula en la parte superior del cielo; un cielo que parece invadido de confusión.
La ciudad se moja toda, y empapada respira del fresco que se le regala. Las gotas deformadas salpican a los salvajes, que se atreven a salir a la calle abandonando la ventana.
La violencia del agua que cae con furia se atenúa hacia arriba con el cielo ahora casi blanquecino que lo soporta. El ruido se calma y se amontona con los crujidos instantáneos y poco perceptibles de los turnos, que no sabemos de que se forman y mucho menos de donde salen.
Sigue lloviendo y el asfalto es cuna de charcos sorpresivos y graciosos que en pocas horas divertirán a los niños que permanecían encerrados en sus casas. El agua se intensifica por momentos y se empeña en caer y es la humedad la que empieza a penetrar los poros de las paredes, las maderas y las pieles; todo se eriza, todo se dilata.
MFL

jueves, 4 de diciembre de 2008

Sobre la Calera

Amplificado..-héroes absurdos –quién no los recuerda, quién no mide su esfuerzo, quién juega con los sentidos y quien no puede de otra forma. Quién no le importa el frente. Quién sólo ve su reflejo. Quien dice que quiere y quién no sabe entenderlo. Quien suspira la bronca de ser objeto de charla. Quien habla de boca. Quién no quiere escuchar. Quien ve estos héroes de la nada que agotan sus entrañas en el hacer momentáneo. Quién habla del otro sin saber bien que hablar. Quien absorbe los insultos. Quién no cree. Quien renueva las ganas de empezar en lo mismo. Quién se burla de las fuerzas para resucitar esas ganas. Qué sabe Quien que mal habrá hecho?, Quién lo dijo, hizo daño.-..-.Quien no lo quiso, no lo eligió-.a quién no le importa, nunca le importó nada. Y estaba bien …a quien le importaba, eso ya no importa…..Quien renegó de todo para darse cuenta de que nada tenía sentido de que había desarmado días en busca de una existencia que después se dio cuenta que no existía…Quién prefirió la pereza. Quien peleó por expresar lo que sentía sin ser mal interpretado. Quién no supo interpretar…y parece que ni leer…
Quien entendió a Quién.---pero Quién es quien no entiende---
Quién es Quién? Y quién es Quien?
MFL

Otra Nota Importantísima

Señores, toqueteando un poco la configuración del blog logré que culquier persona pueda comentar sin necesidad de que sea usuario de blog. Asique lso que pasan de casulidad y no tiene blog y quieren comentar ahora puden hacerlo.



FL*

mflorencia_lopez@hotmail.com

miércoles, 26 de noviembre de 2008

La irrefrenable


Éramos bastante simples cuando lo practicábamos, y hablando de la cotidiana superficie que nos englobaba habíamos armado, minuciosa y extrañamente, ese tejido enredoso en el que nos encontrábamos; que trasmitía un placer acomodado, que recorría las venas.
Te busco, yo también te busco en los errores de un cuento, en las ansiedades inoportunas de alguna noche, en la referencia inexacta en la que se convierte tu voz después de deformarse con tantos sonidos de por medio; y aparece la amplitud desdibujada que progresivamente se va se careando a la vista desesperada de nuestras pupilas.
Uno y otro, en LA-DOS que no se redimen a la perpendicularidad, en LA-DOS que misteriosamente sucumben en un tercer espacio extasiadote tanta irrefrenable intención.
No hacía falta más que empezar a desgastar el recuerdo, a pulirlo, a limarlo de las frágiles impurezas que lo condenaban al oscurantismo, al rencor. El búmeran más dulce, más sueve que conserva la delicadeza de toda pieza única y que no nos dejaba despegarnos del arenoso terreno en el que no hacia mucho nos habíamos sumergido.
Te escucho balbucear mi huella en alguna pieza literaria y apretando los ojos en tono chinesco y visto muy gracioso, hago una mueca que no ves.
Si, yo también aprieto las sábanas por donde se me escapa la sensibilidad, por tus dedos, por tu música, por tu olor.
El halo que conservo de los encuentros furtivos y la imaginación que frente al abandono se vuelve menos propensa.
Rodea una sublime inconsistencia, inconstancia, y la irrefrenable, la irrefrenable cosa.






MFL

La ciudad desde lejos





Apenas una cuestión de latitudes,
y de manera certera, exceptuando los aprietos inquietantes,
lo había aceptado.
Eso si, vete.
Vete porque no somos parecidos,
pero vete sobre todo por lo perecidos que fuimos.
Vete lanzando piedritas a las alcantarillas,
con sombras de fondo por una calle recta,
o oblicua, como prefieras,
pero vete.
Vete porque si,
vete porque si no no,
porque si no no puedo
y hago lo que no debo,
y ya ni siquiera deseo.
Vete con la mente en blanco, para no acoger excusas,
para no embriagarme con pretextos;
y excluir así la posibilidad de la vuelta.
Vete con la mirada fija al horizonte de edificios que restan a nuestras pieles,
y sucumben solos y fríos.
Y cuando tengas tu vista en ese plano general en el que somos polvo
disfrazado, esta vez, de hormigas,
no apeles a mi olvido.
Vete mudo, cansado, y solo y lejos.

MFL

Del Lunar





Quiero penetrar con mi lengua inmadura,
el hueco pequeño que sobre entre tus labios.
Quiero corromper con un amplio defasaje,
los límites que huyen de tu sexo.
Quiero insuflar la humedad siempre secada, apagada,
por miembros ajenos a nuestras pieles,
a nuestra voz.
Déjame terminar con esa sórdida mentira,
que nos duerme cómodamente en la energía de negar.
Voy a dibujarte los muslos y los dedos,
y la mejilla, y las estrías y los senos.
Húndeme de nuevo en el escalofrío instantáneo,
en la apurada taquicardia,
en la compulsiva aflicción;
que me lleva a chupar las sangrías de tus muslos,
que aparecen todavía fríos y casi acalambrados.
Destituye el miedo a la aberrante fusión,
que se empalma hasta sin querer detrás de nuestro dos.





MFL

lunes, 17 de noviembre de 2008



Desgárrame,
gástame,
hazme esclavo, simio, bufón.
Recorre mis estrías con tus uñas largas,
apuñálame el pecho con libertad,
con desequilibrio.
Sufre de pronto,
para que junte tus lágrimas,
y recogidas todas te las devuelva una por una con mi dedo en tus ojos.
Sonríe sin causa,
para calcar esa boca,
y practicar la apertura adecuada para servirte en un beso.
Y si aún así no lograra tu altura,
miénteme en lo que te aqueja.
Distorsióname,
estrújame,
libérame de la tibia sazón de un día nublado,
de las franjas homogéneas,
de las medias,
de lo gris;
enjuiciándome con el fulgor descreído de las proporciones inexactas,
con el brillo,
con lo híbrido,
con lo dos.













MFL

De disimil comprensión



Pequeñas mañanas de soledad, absortas, desprotegidas, verdes, sonoras, despintadas, un torrente que vacía.
Apelo pronto al día común para encontrar una manera desprovista de rareza.
Trunca en el intento, siempre recaemos en lo que éramos.
Aprendemos a cambiar o a simular mejor con los años; nos volvemos menos transparentes, pero el vacío continua por, sobre y con los simulacros.
¿Cuál es el vicio del Rey?
Tomo prestado estos signos y me revelo en la forma en que arbitrariamente me dejan. Si, muchos los conocen y más todavía los usan diariamente,
como usan las a las curitas y a los platos y a la gente.
Pero yo los elijo, o los empleo hoy no más por falta de otra cosa;
para combinarlos con un poco de movimiento y lucidez frente a la puerca seudo-libertad.
No gastes tus horas,
desde ya te advierto: no somos simples,
y lo que sistemáticamente utilizo tampoco.
Juntos armamos esta ecuación de disímil comprensión y ferviente atrevimiento,
que junto a tu voz ya se siente melodía.









MFL

martes, 11 de noviembre de 2008

Chicarevolución


Mente miente a-pare-te, aparentemente;
fuego, lapso, furia; engrampadas todas de un alfiler.
Enlaza la mirada apática,
para no abortar en ese mismo intento.

Pero sino, se seguiría quedando con su máquina de escribir,
y seguiría siendo exactamente aquello que literalmente aborrecía.
Se guarda, se dobla, y se aprieta dentro de un libro épico,
y por épico antiguo y pesado;
y vuelve a dormir.
Sufres escalónicamente la catarsis que absuelves,
vos sola, sola vos.
Y mientras caminas te divierte el vértigo del cordón,
y te paras en él,
y juegas a llegar alto.

Disuelves en un grito escalofriante y semicertero,
la seudo-libertad.
A-pare-ser. Aparecer,
surgir del emblema,
amortiguar la convaleciente similitud condenada por la tipificación,
para ser-de-vos la mejor representación que quede.
Someter la cordura a un desliz estadístico,
ensamblar los yoicos perdidos,
amarrar la prudencia con sólida simpleza;
para pararse siempre frente el creciente deseo de evolución,
va Re-.
Revolución ecológica que desordena las especies,
y las junta todas de nuevo al desvirtuado antojo,
inventando el ajedrez planetario,
acomodando propias reglas,
entre tanta marioneta encontrada,
que revienta dentro de si.







MFL

martes, 21 de octubre de 2008

Del Otro lado Del Mundo

(desde Argentina)
La ciudad que te acoge es otra vez diferente
y el viento te roza la cara como siempre,
empapando la caminata de un fresco disimulado imposible de palpar en quieta cuestión.

Anhelas en perspectiva las visitas que nos faltaron,
y vos desde allá diciendo tantas cosas.

El viento es el mismo, acá también puede sentirse;
la calle, la soledad, y el sol cayendo arman el pac disimulado,
del llanto rápido,
de la lágrima perdida,
del orzuelo inventado.
Ingrata imprudencia de desear acortar los centímetros,
después de que tanta cosa irrefrenable nos había burlado.

Y aún así te has ido,
y admites que es amable y simpático también.

Hombre de ley que has aguantado tantas veces la necesidad más ínfima,
mordiéndote las uñas y los dedos y casi las manos;
Sucumbes hoy vacío y solitario frente a la agónica caída de una hoja ,
en un otoño prestado,
regalado,
el segundo,
otra vez.

Otra vez renuncias a la afable posibilidad de vivir la primavera,
de sumergirte en la brisa húmeda,
en la melodía sin fuente del vaivén instantáneo,
en la certera vacilación de las respiraciones profundas y semicorcheas extasiadas;
en un pequeño cuarto,
por alguna Rue;
conformándote así con la lánguida presión del sexo casual,
que te subsume y reduce a párpados incoloros,
a indoloras osadías de noches sin nombre y sin memoria.

Y allá del otro lado del mundo se empieza a sentir el frío,
los pies requieren medias, como las fracciones,
y yo,
y yo que buscaba alguien entero.


MFL

martes, 7 de octubre de 2008

Ensimismamiento


Gotasgotasgotasplicplicplic
memojanmemojanmemojan
ylacaraseponefriayhumeda.
Apuroelpasoaprovechandoelsobresaltoparaolvidarsuausenciayentonceslaburladeluniverso: labaldozafloja,lasllavesextraviadas,esquinasolitariaymenosmalquenosenotaqueestoyllorando
menosmalquenosenotaporqueniloshombresniahoratampocolasmujereslloran,perosíporsuertesiemprefueasílalluviasecometodohastalaausencia
noestoytanseguroperoalmenosdisimulalaslágrimas
ylasaprietatodasjuntascontraesabaldosafloja,hayqueestaratentosnovayaaserquepordistraidosnosempaemoselpantalóndelágrimas.






MFL y TINCHO,
(en una noche aburrida de chat y esas cosas estúpidas)






lunes, 6 de octubre de 2008

Nota Interesantísima

Para todos los amigos que visitan el blog y por culpa de no ser usuarios de blogspot no pueden dejar comentarios, acá dejo mi cel: 2657-527176, dejen mensajes ahí y prometo subirlos con su nombre.

en todo caso y desde ya, gracias por pasar.

bsos


La autora

sábado, 27 de septiembre de 2008

La cachetada


Entre lo que sos y lo que soy hay una ínfima pero inalterable similitud,
y una burocrática e inquebrantable diferencia.
Vos, yo, y la somera distancia,
que se ejecuta y ensancha aún cuando caminamos al lado;
es filosa;
feroz;
ahora sí, haz me un favor,
algo accesorio que lo habrás hecho con cuanto degenerado se te cruzó.
Algo que a veces te habrán hecho.
La exterioridad que necesito para convencerme de tu ineludible confesión.
Golpéame,
cambia la angulación de mi rostro con un simple manotón.
Hazme sentir el dolor seco, que dura segundos,
para después desaparecer bajo la sombra de una marca.
Apalea mi mejilla de golpe y sin presión,
con toda la fuerza que te surja de la bronca acumulada por cuanta cosa que hice,
que nunca supe aguantar.
Te va a tomar escasos segundos,
pero me va a liberar de volver a la molestia de tu irónica amabilidad,
y a la angustisa ausencia de gesto/palabra/reacción.
Un golpe apenas que selle por sentado y por violento cualquier posibilidad,
que nos aparte groseramente del oscurantismo,
de la espera,
de la quietud con mirada zumbante desprovista de carácter,
de la ambivalencia indiscreta que me presta la ignorancia
frente a el apacible estado del sujeto sin nombre.
MFL

Siesta


Sin interrumpir el monólogo de las chispas de la estufa, junté las migas que ensuciaban todavía el mantel; después, me acomodé frente a tu nariz y nos miramos un rato.
Y habías dejado el cigarrillo que empezaba a achicarse en el platito y el café se enfriaba sólo, sin ser olido, ni tomado, ni mirado, absorto, insignificante posaba cálidamente (aún)sobre la mesa.
Nos miramos un rato y ya nuestras narices empezaron a sentirse incómodas, a moverse, a ajustarse, a comprender que estaban siendo olidas, y con un sin fin de precauciones tomaron vuelo, para mezclarse o inspeccionarse de una manera más legítima; hasta que de pronto te veías menos y ahora las narices cómodas ubicadas una en cada lado dejaban de ser protagonistas.
Y el monólogo, esta vez no de chispas.












MFL

domingo, 14 de septiembre de 2008

De disímil comprensión

Pequeñas mañanas de soledad, absortas, desprotegidas, verdes, sonoras, despintadas, un torrente que vacía.
Apelo pronto al día común para encontrar una manera desprovista de rareza.
Trunca en el intento, siempre recaemos en lo que éramos.
Aprendemos a cambiar o a simular mejor con los años; nos volvemos menos transparentes, pero el vacío continua por, sobre y con los simulacros.
¿Cuál es el vicio del Rey?
Tomo prestado estos signos y me revelo en la forma en que arbitrariamente me dejan. Si, muchos los conocen y más todavía los usan diariamente,
como usan las a las curitas y a los platos y a la gente.
Pero yo los elijo, o los empleo hoy no más por falta de otra cosa;
para combinarlos con un poco de movimiento y lucidez frente a la puerca seudo-libertad.
No gastes tus horas,
desde ya te advierto: no somos simples,
y lo que sistemáticamente utilizo tampoco.
Juntos armamos esta ecuación de disímil comprensión y ferviente atrevimiento,
que junto a tu voz ya se siente melodía.






MFL

Borracha (cf)

A parte de la inesperada aparecida,
pulías con actos el silencio del que nos habías rodeado.
Y mirando desde el costado de mi sobriedad,
te disfrutaba ver descolocando los parámetros de aquella noche.
No te suspiré lo suficiente,
no necesitaba sustancias externas
porque me embriagaba tener tu piel tan pegadita a la mía,
como nunca,
como esas mañanas de sueños lujuriales,
casi indespertables;
los que traen decepción con la vigilia.
Tratando de demostrar tu astucia y tus conquistas,
exprimías a la luz el interés, el que siempre te rehusaste a extirpar hasta de tu conciencia.
Desvinculando lo uno de lo otro y apagando hasta los costados,
no lo hubiera descubierto ni con una adivinanza de niños,
pero fue tu manera de decirlo.
Y esta vez yo me ausenté para no escucharlo,
y tus ojos que se pierden en el humo de sustancias,
me contagiaron esas ganas del descaro.
Para apretar el pasado y consumirlo en apenas una nota al pie,
pero la insustancia todavía usurpa y requería una imprudencia explícita para proceder de una manera no esperada,
o esperada pero en otro tiempo,
que ya no coincidía con ese que se decoraba con una música algo diversa a la de salón.
Y te quedas,
y me voy,
y me quedo,
y te vas.
Y el resto es viaje, ruta y colectivo.






MFL

martes, 26 de agosto de 2008

Perezosos

Allí están, los reyes de la nada,
los del naufragio sedentario,
los sin sed.
No creen en nada, y no pretenden creer,
visten la indiferencia ante el compromiso ligado.
Los que arrastran la voluntad para no levantarla,
ayunando sin causas,
presos del poco esfuerzo.
Inútiles, viven desde lo que les dejan,
El todo servido es su ley,
Miran de lejos las causas difíciles y encerrados en su mundo de entereza
abandonan con pereza la verdadera razón del vivir.
El amor no es cláusula de un perezoso,
primero su ego y su comodidad,
no hay tiempo para cuestiones de esos términos,
el riesgo no es materia que puedan encerrar,
en la limitada conciencia que su perezosa vida les permite fusionar;
Punto y como para cortar las rimas.
Pereza, no es solamente aborrecer el momento de quererse levantar, suplicar que el reloj por productos oníricos se haya equivocado, o ovacionar los momentos de ocio, en el sofá de felpa, con un remoto control de las acciones de una máquina en solo dos dimensiones.
Los sujetos adscriptos al club P, son incapaces de hacer algo nuevo, incapaces de vencer, imposibilitados de salir, inmunes al dolor ajeno, exentos del otro como cuestión.
EL club P es codiciado, porque casi no se sufre, siempre se tiene la excusa perfecta, el pretexto ideal; y en el papel de perpetua víctima, recorren sus vidas sin cruzar el umbral.
Deben ser privilegiados, la comodidad les basta, el resto no lo necesitan;
Punto y coma para cortar el reproche.




MFL

Aperitivos




Formalidades de entrada,
versos cordialmente pensados.
Me abres la puerta del porch de tu padre,
mientras deliro con lo felices que seremos juntos,
tomando café,
al lado de la estufa, con un libro en la mano.
Cada uno con uno,
en LA-DOS diferentes.
Fugaces y sabrosos,
se toman apurados, pero cuidando los gestos.
Pareciera que todos estuvieran mirándonos,
sentimos penetrantes ojos en nuestras nucas,
y nunca nos despegamos del temor al paso en falso.
Y todavía retengo el gesto de la puerta,
y sonrío como para mi.
Mientras suena a lo lejos una música que no reconozco,
Pero que tiene bastante de clásico.
Seguramente la habías pedido,
sabías de mis preferencias.
“son dulces, fuertes, y saciadores”,
así se los describí al mozo que preguntó.
Lástima su corta duración.






MFL

sábado, 9 de agosto de 2008

La sala de Espara

Antes del dentista:


La sala de espera





Pegados por el calor,
por el color.
Música: La radio.
Sumergidos en una circunstancia,
de la que apenas son presos.
En la espera de algo más,
incapaces de mutar,
y con restringidas posibilidades de moverse.
Al reparo de la comodidad,
en una silla bastante incómoda.
Pegados, casi mudos,
casi gente.










MFL

jueves, 31 de julio de 2008

DIÁLOGO DE DIÉPTESIS




De su nacimiento y evolución propia:


También como sus antecesores tienen origen: el de los Diéptesis se suscribe en letras, como no habría de ser de otra manera, de un Florencio que se rescata en unos pocos.

La nonimis estaba oscura y fría, debería haberse levantado por un trapso de capsi, pero prefirio surrarsu: “no me puedo dormir”, tras un lapsu prolongado balbuceo: “acariciame el noema”.
Y de bruscarlas de sorio nació la ranmisis de la cuore. Apretoniando la refesis und salcosteando un split, renacere la magma de las tretras del racio. Sandete: Yo soy menos sin vos. Y elsemesacó una de las trastes de su boca. Sapiendo que te liebe dich non podemos escaparnos de lla mano del miedo. Fueramos testigos o simples ecuásimos como cualquier Diéptesis.

MFL

martes, 29 de julio de 2008

Bowling





Este también era un juego. Como tal había dos equipos, podían ser conformados de cuantas personas quisiéramos, o al menos esas eran las reglas caseras. Dos computadoras que indicaban los tiros y los puntos por cada tiro, y a su vez marcaba la sumatoria del puntaje de todo el equipo. El objetivo: derribar todas las botellas, o yo las veía cono botellas, que se encontraban a unos tres, cuatro metros de distancia, según mi cálculo medio desprovisto de confianza; ya era sabido mi corta visión. Para derribar todas esas botellitas debías preverte de una bola algo pesada para cualquier mujer. La herramienta de juego debía agarrarse con una mano, y tras una pequeña corridita en la que te deslizabas por la pista, soltarla antes de cruzar con tu cuerpo la línea, donde empezaba ese pasillo largísimo que conducía a las botellas. Tan cerca y tan lejos. Era curioso, porque visto de lejos parecía cerca, pero hacía falta solamente estar cerca, al lado podría admitirse, para darse cuenta de la real distancia que nos separaba. Sentada en el lugar de espera para el gran momento del tiro, todo parecía sencillo y resoluble con apenas un envión, un poco de fuerza, nada más. Parecía que no era necesario mucha técnica y mucho menos tener en cuenta otras posiciones; sin embargo bastaba con encontrarme a solas, con el arma en mi mano y saber que no podía contra vos que eras más de lo que cabía, y aún en el gran momento de la tirada sabía que en realidad no quería, que no deseaba hacerlo, sabía que no podía derribarlas, que no podía derribarte, que no era tan sencillo como nos habían hecho creer, que el hombre de la puerta no tenía ni idea de nuestro encuentro y que tirar botellas con una bola no es cuestión de chicos y sobre todo cuando hay tanto en el medio.
Yo había llegado con convicción y entusiasmo; sucedía que el lugar era grande y nuevo para mí, que estaba rodeada de amigos, que festejábamos un cumpleaños, que la música estaba fuertísima y era de una electrónica autómata que no pronunciaba palabra. Sin embargo curiosamente todo eso se volvía ínfimo, reducible a partículas de tiempo, encudrables en detalles de bolsillo, todo eso se mutilaba, se fusilaba hasta esfumarse en la congoja. Todo se trasladaba a un costado de mis pensamientos cada vez que tiraba el anterior a mí, y que yo presentía mi turno. El corazón comenzaba a latir más rápido de lo frecuente y descuidaba la coherencia de mi monólogo. –¡Bien!!- Gritaban todos, -¡buena tirada amiga!, y yo aplaudía, autómata ya a los sonidos, por inercia, por costumbre.
Sentada era todo tan certero, convincente, fácil y lógico. Pero bastaba que tomara posición para que me invadiera la incertidumbre, las ganas de ausentarme de esas coordenadas de tiempo en la que estaba parada, de salir corriendo a algún lugar donde no hubiera pizarras electrónicas, ni botellas, ni bolas, ni vos, ni yo, ni ese pasillo largísimo que tomaba proporciones indefinidas y poco rectas.
Sabía que el momento estaba por llegar, estabas por llegar. Tenía miedo, no te lo voy a negar, un miedo tonto, inocente. Miedo a que no llegara el momento, aunque también odiaba no saber como actuar.
La situación comenzó como todas las anteriores de similares detalles. De nuevo el temblor que molestaba mi paciencia, vibrante la confirmación, me levanté sin pensar y con indiscutible alegría, tratando de recordar los consejos de amigos y técnicas aprendidas a ultimo momento, tomé la bola que creía era de suerte. Estaba ahí, estabas ahí. Atrás tuyo, o atrás mío. A metros pero medio lejos como siempre. Chusaaa!!!! Creo que la viste.









MFL

martes, 22 de julio de 2008

Letras de colectivo

(nacido en la ruta 7)
De aquí, de allá,
de todos lados…
Regocijamos nuestras ganas,
aplacando los deseos,
ahogando el suplicio y
raspando la lujuria
Con la lupa de la entereza,
y la sádica distracción,
de disimular lo indisimulable.
Visto desde lejos:
Locura indiscriminada.
Visto desde cerca:
Dulce locura.
Remolino de entendimientos,
brújula sin Norte,
juego de destinos,
destreza a nivel par.
MFL

Ingratitud

“Hasta cuando seguiremos presos de la mentira como fango cómodo,de la indiferencia como recurso alterno,y de la MIERDA como estimulante puro"







MFL

miércoles, 16 de julio de 2008

Falaz perspectiva







Visto desde arriba,

hasta parece más lindo,

visto desde lejos adquiere inconmensurable proporción.

Bordeando la hueca profundidad,se suscribe, se inscribe,

en el parámetro ligero de belleza inmediata.

Y regocijándose de una forma dinámica,

alienta el pseudoproyecto de los bobos.

Aumenta la ingratitud de un mundo que dibujado es cada vez más grato,

esfuma a los indigentes,

realza las pasarelas,

lookea la inconstancia

y fusila la inteligencia.









MFL

lunes, 14 de julio de 2008

Por eso

Por eso, porque la casa estaba ordenada y limpia,
por eso, porque tenía pocas ganas de hablar,
y menos de enredarme en dramatismos o explicaciones.
Por eso, porque necesitaba tu tibia presión,
para encogerme menos,
porque hacía frío, por eso.

Por los pájaros que ingenuamente acomodaban sus patas
en el cantero viejo despintado.
Por eso, por las interminables tardes pesadas, pesadas
como sólo ellas,
como ellas solas.

Por lo ambiguo, por lo híbrido,
por el ambivalente si, por el visitado no.
por los sueños, por el sueño.
Por el olor a cafe calentito,
por la rosada tardecita de lluvia que enfría tibiamente las horas,
con la humedad de por medio, con al receta dificil.

Por la música de fondo de las noches enjuiciadas,
por las persianas bajas en una tarde de otoño.
Por la corrida mentirosa a la sali escapista,
por eso,
Pero fundamentalmente por eso,
por esas manos que ágilmente me recorren,
y por la nieve, que cae afuera,
y cae sola.



MFL

Desayuno

(texto para ser dictado)

Empezar con comida, (coma)
alimentación, (coma)
comienzo, (coma)
nacer, (coma)
lo primero, (coma)
comer, (coma)
hacerlo. (punto)
MFL

domingo, 13 de julio de 2008

"CM" (Título por Maüss)



Puedo recorrer el contorno de tus manos
en el simple acto de mover casi pendunlarmente mis pupilas,
y en ese vaivén ocular sumergirme,
aunque por instantes,
en un mareo casi de calesita;
ése que me proporciona el explorar tus partes de una manera tan poco tactil.
Sin fisuras de por medio,
resulta que tus manos terminan a centrímetros de las mías,
y me empieza a recorrer una gravedad horizontal,
a la que me resisto,
aunque sucumbe;
y en una desorbitada y virtual escena,
ya mis dedos sobre los tuyos dibujan la forma de una de tus manos.
No te mueves,
y mi tacto te penetra,
suspiras.. en tacto.
Respiro, respiras,
y otra vez mi mano a centímetros de la tuya,
y otra vez la mia,
y la gravedad,
y los centímetros.












MFL
MAÜSS


"Mucho de lo que he escrito se ordena bajo el signo de la excentricidad, puesto que entre vivir y escribir nunca admití una clara diferencia; si viviendo alcanzo a disimular una participación parcial en mi circunstancia, en cambio no puedo negarla en lo que escribo puesto que precisamente escribo por no estar o por estar a medias. Escribo por falencia, por descolocación; y como escribo desde un intersticio, estoy siempre invitando a que otros busquen los suyos y miren por ellos el jardín donde los árboles tienen frutos que son, por supuesto, piedras preciosas. El monstruito sigue firme. "
"Siempre seré como un niño para tantas cosas, pero uno de esos niños que desde el comienzo llevan consigo al adulto, de manera que cuando el monstruito llega verdaderamente a adulto ocurre que a su vez éste lleva consigo al niño, y nel mezzo del camin se da una coexistencia pocas veces pacífica de por lo menos dos aperturas al mundo. "
"Esto puede entenderse metafóricamente pero apunta en todo caso a un temperamento que no ha renunciado a la visión pueril como precio de la visión adulta, y esa yuxtaposición que hace al poeta y quizá al criminal, y también al cronopio y al humorista (cuestión de dosis diferentes, de acentuación aguda o esdrújula, de elecciones: ahora juego, ahora mato) se manifiesta en el sentimiento de no estar del todo en cualquiera de las estructuras, de las telas que arma la vida y en las que somos a la vez araña y mosca."





JULIO CORTAZAR.

miércoles, 9 de julio de 2008


Tu andar

Te recuerdo esbelta y con sentido,
Y me imagino recorriendo tu espalda, asesinando mis minutos sólo con esa boca.
Y con mi labio inferior dibujándote ese pedazo de cielo que se aglutina en el borde de mi dedo cuando te tengo rozándome.
Y de pronto tu olor se instala en el aire,
recorriendo el contorno y tomando cuerpo en la graciosa brisa que molesta a las narices.

Y te amo riendo por nuestra propia imprudencia,
y aparte de ti también a ti.

Y con el insensato deseo de habitarte más seguido me planto en pose de espera,
y pasa a mi lado,
y tu boca dibuja una mueca, vulgar comparado a tu resto.

Y otra vez el aire que ahora se disfraza de viento,
y te devuelvo el gesto en un divague soslayado y tenso,
Transpiro para adentro sudor medio triste y a la vez intenso.
Burlante el aspecto,
y en forma de sueño se suspenden los ángulos que nos rodean opuestos.









MFL

martes, 8 de julio de 2008

PLAY

Te propongo un juego. No te asustes es simplemente eso, que nos aventuremos en una actividad lúdica de roles, en donde cada uno tendíamos nuestro respectivo protagonismo. En donde vos armarías tu propia lógica y yo nunca me enteraría.; yo por supuesto armaría la mía tratando de recordar viejos y añoradas técnicas de mi niñez, cuando solía ser muy buena jugadora.
Todo vale hasta incluso la trampa, aunque claramente yo no debería anoticiarme de la, no valla a ser cosa que tengamos que abandonar a mitad de partida.
Te propongo al travesía lógica de inmersionarnos de a ratos para colmar nuestra ansiedad y aburrimiento en eso que efectivamente es, pero a su vez nos brinda la excusa perfecta.
No es virtual, es real, no es ficción, jugaríamos realmente, pero tus actos tendrían consecuencias efímeras que, por una cuestión técnica, no podría sobrepasar los límites de la recreación. Realmente no estarías actuando, estarías jugando; y más allá de un enojo explícito por una mala pasada de alguno de los dos (cualquier carta mal tirada, y/o ficha adelantada) no existiría displacer, después de todo uno juega para divertirse.
Y así, nos contagiaríamos la complicidad de jugadores, pero a la vez de adversarios, nos empalmaríamos en la psicosis de la competencia, nos refalaríamos lustrando a carcajadas el piso, cuando el dado salga en uno, y burlándonos de nuestra vulnerable condición gastaríamos las horas de a dos.
MFL

Welcame

Voy a hacer esta pequeña entredaa de presentación, pura formalidad, pero nobleza obliga, asique es una forma de decir "hola!", para empezar esta nueva conversación que seguramente va a tener más lociones mías que respuestas. pero si el objetivo es encontrar respuestas vamos perdidos; sigámonos deslumbrando con los continuos interrogantes que cada vez más se nos plantean.

MARÍA FLORENCIA LOPEZ