Se levanta con el “tilin” del celular que le dice “extraño tu cama”. Lo mira y sonrie porque sabe que sabe como hacerla sonreir. Se da vuelta prende el velador blanquito y se come un caramelo, un palito de la selva dulzón que le hace acordar a la infancia.
Cierra un ojo, se toca la concha y se calienta pensando en su cara cuando se calienta. Tiene un pensamiento que considera ya demasiado obsceno y se detiene ahí.
Después de abandonar la posición horizontal con un esfuerzo de maniquí empuja la puerta del baño que aún no se ha decidido a limpiar, aprieta fuerte los ojos y se revuelve otra vez el pelo (cortito).
Piensa en una frase que había dicho anoche y le parece tan ridículo que pretende excusarse por mail. Pretende lavar los platos sucios, cocinar un pollo a la naranja, pretende regar las plantas del balcón, de la misma manera que pretendía limpiara el baño.
Encuentra en el parquet un pedazo de llavero roto que se ha olvidado en su casa, lo mira casi como un objeto de culto, pero después lo tira,
en el departamento no hay lugar para porquerías ni pavadas.
Se mira la muñeca y tiene una pulserita que no es suya. Por el alcohol no recuerda exactamente como llego ahi.
Se mira la panza, no tiene panza y cree que todavía quiere engordar.
Hay una película que se parece a esa historia, igual que una canción, un dibujo y una publicidad.
Flor Lopez
2 comentarios:
Flopi me parece ke te gusta hacer mucho el amor!! :D
ponele que le gusta, de todas maneras el poema me parecio un critica interesante a las formas.
herboristerias
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